jueves, 12 de febrero de 2009

LA RETÓRICA EN EL PERIODISMO

En términos generales, se define la retórica como el arte de la persuasión mediante la palabra. Al ser aplicada al discurso, permite convencer al oyente, incluso si aquello de lo cual hay que persuadirlo es “falso”. Para persuadir, según la retórica aristotélica, es necesario contar aquello que la gente cree posible, aún cuando esto sea “realmente” imposible.

Puesto que la retórica como técnica tiene como finalidad la persuasión, la primera cuestión que se plantea es la siguiente: ¿sobre qué nos persuade un texto periodístico? Desde el punto de vista de un texto informativo, se trata de persuadirnos a propósito de la relevancia en nuestro mundo, en nuestra sociedad, del acontecimiento del que se nos informa, y por ello se argumenta a partir de los datos relativos a dicho acontecimiento.

Un periodista de opinión tiene una serie de seguidores que comparten sus ideas o valores. Son seguidores fieles de los artículos que el autor publique ya que reconocen sus pensamientos en lo expuesto por el periodista. Sin embargo, el periodista de información necesita crearse una identidad, crear un reconocimiento de veracidad para conseguir atrapar al lector y que su información no pase desapercibida ante un constante flujo informativo.

De ello depende, que el lector crea a priori que lo que le cuenta el periodista es verdad. Se vale entonces de un lenguaje neutro que aporta veracidad al texto. Sin embargo, esta aceptación será más segura si se consigue conectar dichas proposiciones con las creencias o actitudes que el lector posee. De ahí que, dependiendo de las ideas o creencias que el lector tenga, éste elegirá comprar un periódico u otro, según se acerquen más a lo que cree como verdadero.

La retórica clásica, caracterizada por grandes juegos verbales, no llega emocionalmente a una audiencia actual “hiperinformada”. En cambio, el ciudadano de hoy necesita un alto nivel de empatía, no quiere que le expliquen racionalmente lo que pasa sino que sientan lo mismo que él siente.

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